Añades al sol inclemente del verano,
el calor del carbón encendido de la fragua,
bañados en negro sudor tragábamos el agua,
parecíamos de Velázquez los herreros de Vulcáno.
Había temporadas que trabajábamos a destajo,
juntábamos la noche con el día,
por trabajar duro no había tristeza sino alegría,
sin patronos a la vista hacíamos en libertad nuestro trabajo.
Éramos una curiosa amalgama,
de hombres de todas las edades,
algunos eran veteranos de la guerra.
Uno había sido oficial y se daba fama,
de haber combatido en campos y ciudades,
al otro el fuego de la fragua no le aterra.
- Autor: argantonio ( Offline)
- Publicado: 26 de septiembre de 2016 a las 15:20
- Comentario del autor sobre el poema: Para vivir una guerra no es necesario tener un fusil, yo conocí a aquellos intérpretes de la guerra incivil, y puedo asegurar que los aparentemente más duros, eran los más tolerantes, los más humildes eran los que más cerca estuvieron de morir, sin embargo los que tuvieron más mando, no se daban cuenta de que la guerra, la maldita guerra había terminado.
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: Negro Cósmico, NCATRAM
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