Poseído por la propia oscuridad,
su deseo se apagará en alguna parte
en algún territorio de luz anodina
luminosa maldición sobre la dádiva,
acongojada evaporación de luces
su mirada se retirará del fuego
donde re parió el hombre que vuelve al ser
ese inocente que provoco la noche,
toda esa ruina no es más que luminiscencias que se extinguen,
preguntas incendiarias contra cielos sin respuestas
juego impúdico de Dios por sentirlo,
manifestación de desfallecimientos de los hombres
enterramientos en el ministerio que brota entre el cielo y la tierra
por donde los días ya se han ido muy lejos,
vuelve anegarse su cuerpo con la ilusión de otros cuerpos
pero ya no hay miradas para incendios
Dios se ha quedado ciego,
la ausencia está titiritando de miedo afuera de los templos,
afuera de los labios como rejas,
donde otros ojos mutilados suplican la luz al cielo,
Dios se ha quedado sordo,
inflamado de gritos yace en alguna parte
picoteado por insaciables pájaros negros,
hay una primavera que se ha quedado sin luz
hay perturbaciones y recalcaduras esta noche
hay luces que se evaporan,
hay una dadiva convertida en maldición,
hay una mirada lejos ya del fuego,
un impúdico juego al que juegan dos,
un misterioso cruzamiento de caminos,
una mirada que no los encontrará nunca,
una oración que se ha quedado sorda para siempre
un deseo apagado en alguna parte,
un sueño y una pregunta.
- Autor: AVELLANEDA SANTOME (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de septiembre de 2016 a las 19:37
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 33
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