Debo contarte
cosas que he vivido
extraordinarias historias
que me vieron pasar
rompiendo el hilo del destino.
Te cuento
cuando descubrí que hay otras vidas
que podían ser mías
y comprendí que les pertenecía.
Cuando
fui dueño del cielo y recorrí sus dominios
donde vi un cielo abandonado de pájaros
y esas horribles nubes de papel.
O esa vez
que no pude morir, pero en cierta forma dejé de vivir.
Recuerdo
el aire diáfano, en las sierras
en ese día de amor, que tuvimos.
Sabrás
que en una ocasión
arrojé una botella al mar
con un pedido de auxilio
que rescaté yo mismo para salvarme.
Qué puedo yo contarte
impresionando
los recuerdos que vamos a vivir.
Si hoy no estás
en esta vida
has quedado en la primera
y ya he vivido tantas
que no recuerdo
y no sé como volver.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de septiembre de 2016 a las 11:11
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, anbel
Comentarios3
Un viejo amor, no se olvida ni se deja, por muchas vidas que vivamos.
Hay una similitud con lo árboles, el amor es corteza y cuando se renueva, no lo vemos..., pasa a ser parte de uno mismo.
Un saludo
Esteban
Muy hermoso tu genial versar amigo Esteban...
Un placer leer tus versos...
Abrazos de amistad...
El Hombre de la Rosa
Siempre tan generoso, mi amigo Críspulo, yo solo plasmo las tormentas del personaje.
Un abrazo fraterno
Esteban
La vida va dejando huellas que se esfuman transformándose como las nubes que desgajan el cielo.
Es muy complejo decir que se vive y que se muere.
Te saludo con mucho afecto Esteban.
En este caso, parece que el personaje intenta infructuosamente regresar, dándose cuenta de la imposibilidad de hacerlo, por que la realidad del amor es distinta a su propio laberinto.
Por lo visto este es un personaje confuso e interesante a su vez, veré de conocerlo mejor.
Un abrazo
Esteban
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