Mis epopeyas personales,
retratos, óleos y amores,
recuerdos de amistades,
patrimonios espirituales,
se esfumaron de repente.
Ahora recorro el camino,
inventando mi destino,
con el pulso del tino,
y el favor del Dios,
en mi lar labro futuro,
por eso ando seguro,
sin prisa, sin apuro,
con el amor del arrullo,
evitando los murmullos
y exaltando mi orgullo,
en mares procelosos,
reluctancia de los retos.
Es el túnel del tiempo,
holas y despedidas,
donde hay que luchar,
con vehemencia desmedida,
hasta alcanzar la orilla.
La historia es atrevida,
retadora y sorprendente,
y tienes que organizarte,
para prevenir tu suerte.
- Autor: Rafael Parra Barrios (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de septiembre de 2016 a las 12:06
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 101
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, nelida moni
Comentarios1
Muy hermoso tu genial versar amigo Rafael Parra...
Un placer leer tus versos...
Abrazos de amistad...
El Hombre de la Rosa
Saludos y gracias poeta! Un honor recibir tus comentarios.
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