Aunque es a ti a quien desecho,
devolveré tus recuerdos.
Aunque fuimos siempre cuerdos,
fui víctima de tu asecho...
Así, profundo, sospecho.
Y, sí, aún más meditabundo
mi alma anda cruel vagabundo;
se vuelve aún más punzante
mirando el cielo danzante
que ilumina a todo el mundo
Iluminando el pensar
por esto, al fin me percato
que al cuello una cuerda me ato,
comienza lento a matar
sin ganas de regresar,
a aquel lugar cual infierno
que llegó a ser un eterno
Paraíso de dulzura,
donde el veneno susurra
“no es más que amor moderno”.
Donde el fracaso no existe
está presente, se esconde...
Justo por donde ronde.
En el lugar que irrumpiste
llegó, porque lo aturdiste.
La belleza terminó,
Lentamente feneció
hacia donde ahora estamos:
Ahora que a nada llegamos
Y que el cruel destino hiló.
Cuando la gente se va
Su ausente presencia queda
En la esencia de la seda,
Y la situación agrava.
Requiero sutura ya
Mas no me estoy aferrando
De cuerpo no estoy amando.
Las relaciones humanas,
al igual que una catana,
así, estánme asesinando.
Autora: Naomi Mariqueo Castañeda
Alumna de Tercero de Secundaria.
León, Gto. México.
- Autor: Daniel Eduardo Mendoza Camarena ( Offline)
- Publicado: 27 de septiembre de 2016 a las 12:07
- Comentario del autor sobre el poema: Mi alumna Naomi Mariqueo vierte su corazón en las letras de arte gótico con una sutil reflexión oscura y vivaz. Saludos a todos desde México.
- Categoría: Gótico
- Lecturas: 72
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios4
Muy hermoso tu genial versar amigo Daniel Eduardo Mendoza...
Un placer leer tus versos...
Abrazos de amistad...
El Hombre de la Rosa
Qué bueno saber de usted, mi cordial amigo!!!!
Saludos desde México a usted y a la Madre Patria.
Pues que buena expresión de su alumna.
Muchas gracias!!!
Se lo diré a mi estudiante.
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