El contrato social

Santiago Miranda

 

I

Disciplina y trabajo

 

Procuran que cumplamos

el pacto que tú y yo

Jamás hemos firmado.

tal aprobación

  no era

inicial condición

  pactada. Ni justa

                   ni necesaria

                     mi nombre y mi número

                  al impuesto enrolado

                en el burócrata imperio

       así venimos y vamos

así de trabajo en trabajo

nos piden; que hagamos

y lo hacemos

sin cuestionarlo (si es posible

pero no es así. En esto fallamos)

entonces, lo cuestionamos, pero

finalmente lo hacemos (siempre) de mala gana

                               en fin

Es algo

 que se nos nota en la cara

la sola mirada delata

Pero tú en tu cara reflejada

Es la misma de antaño

-si parecemos espejos quebrados

Perecemos, harina uslerada

a los hornos entrando o machacada

uva en el lagar fermentando nuestra

sangre nuestra, el licor de sus barracas

 

(no)

Nos piden gastar lo ganado

comprar y abarrotarnos de objetos

malditos, llenos de su sufrimiento callado

su dinero manchado reclama, una nueva victima

un hogar y una familia, asegurar otra

generación de obreros sin salida

nos piden, ocupar los espacios atiborrados

multiplicar el hambre del hombre

hasta el infinito, nos prometen tanto

cielo de sus antejardines … casi algo simple llamado..

 

II

La Felicidad

 

Un trabajo y hogar

seguro, seguro que es eso (lo necesitado)

las horas del descuento soñamos

vivir aquel tiempo desperdiciado

                Pero por ahora

Ese eterno ahora en perspectiva

Que se alarga y se estira haciéndose uno

con los momentos idos

Debes

 sonreír

¿debes sonreír?

Sí, te lo pido

                Te lo piden

                               Enloquecidos lo pedimos

(con el látigo o el martirio de la mirada indiferente)

 

Debes comprar y debes pagar

Pagar lo comprado, y comprar lo pagado, además

Ocupar tu escaso tiempo ahora nuestra propiedad

En asuntos que no te incumben, no preguntes

Mejor, su beneficio no habrá de ser

Tuyo. Peón, espera

aún no atacas

las filas y las masas

del damero plano regulador

         serás nuestra sombra
(ya has sido sombra)
         serás nuestra voluntad encarnada
(ya has sido voluntad encarnada. ¿de quién te preguntas?)

doblegada palabra a un justo

precio ¿Quién lo decide? yo

lo decido, dice el manto negro y tráguense

                  ustedes las estrellas.

Ver métrica de este poema
  • Autor: Santiago Miranda (Offline Offline)
  • Publicado: 27 de septiembre de 2016 a las 23:58
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 241
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios +

Comentarios1

  • Marmota11

    Me encanta tu vanguardismo 🙂

    • Santiago Miranda

      gracias, estimada. la voy a estar leyendo atentamente



    Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.