Y cada vez que yo le pedía un pedazo de la luna el me la bajaba.Me gustaba tenerla en mi bolsillo como un amuleto de la suerte, lo único malo era que no duraba mucho, luego de dos días se desmoronaba y corría a pedirle otro pedazo a mi amado. Así fui abusando de su amor por mi, pidiéndole cada vez mas frecuentemente pedacitos de luna para llenar mi bolsillo engañándome a mi misma con la "suerte que me daban". Un día deslicé mi mano en mi pantalón percatándome del polvo lunar que se incrusto en los espacios entre mis dedos, arranqué a correr para pedirle que me bajara otra porción de luna, pero al llegar con él recibí la tragica noticia... -"no hay, ya no queda nada", en mi acto tan egoísta de poseer aquel cuerpo celeste enajenada por mis caprichos y berrinches lo dejé sin luna. La consumí, la extinguí.
- Autor: Sabor a ti. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de septiembre de 2016 a las 09:10
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.