La fantasía (3° fragmento del relato que había publicado)

Elena Mateos

Otra rutinaria mañana que se va. Hoy he llegado algo temprano al trabajo y mientras tomaba un café para despertar, mi mirada recorría de arriba a abajo el cuerpo de mi fantasía como si de un escáner se tratara. He vuelto a soñar con él esta noche.
Aún es temprano y el centro comercial está casi desierto. Solo algunos empleados, incluida yo, van como zombis por estos pasillos esperando a que se abran las puertas y empiece a entrar gente.
Busco con la mirada a mi fantasía, no lo encuentro en ninguno de los sitios a los que alcanza mi visión. Camino despacio por el centro buscándole.
En una pequeña oficina cerca de la entrada hay luz. Me dirijo hacia allí. Intento parecer distraída en mis cosas y miro de reojo. Allí está, allí sentada está mi fantasía que me mira sonriendo y hace que me dé cuenta de que le estoy mirando fijamente. Sale de la oficina y me hace un gesto con la mano para que vaya. Sin pensármelo, pero algo nerviosa, me acerco y entro. Nos saludamos y ahí se acaba toda conversación, no consigo reaccionar porque no deja de mirarme y yo a él tampoco. Hay demasiada tensión en este espacio tan pequeño, tanta que se puede palpar y los dos lo sabemos. Empieza a acercarse mientras me observa y se detiene delante de mí. Me acaricia un brazo con sus dedos y yo sigo inmóvil ante este repentino aunque excitante gesto. De pronto me agarra la cabeza para acercarla a la suya y me besa. Me besa apasionadamente y yo me derrito en este momento tan intenso como inesperado. Empieza a quitarme la ropa y yo sin esperar a que me lo pida hago lo mismo con él y le desnudo. Su miembro está erecto. Yo estoy mojada y mis pezones están rígidos. Me coge por el trasero para alzarme y colocarme encima de la mesa. Se agacha, me abre las piernas bruscamente y con decisión empieza a lamerme el clítoris. Siento su lengua húmeda y su aliento cálido entre las piernas y me excita, me retuerzo con cada movimiento cuando introduce los dedos sin dejar de lamer y creo que voy a estallar. Estoy muy mojada en este momento. Se levanta y en un segundo está dentro de mí, me embiste fuertemente agarrándome para empujarme hacia sí y siento como llega hasta el fondo, lo dura que está y lo bien que se mueve. Me lame y mordisquea los pezones sin dejar de metérmela, sin parar ese vaivén que me está haciendo gozar. Yo gimo mientras le miro fijamente. Su expresión de placer y travesura me ponen de una manera increíble. Me agarra del pelo y tira suavemente y en un par de embestidas más llego al orgasmo y me corro, pero el no cesa y sigue un poco más dentro de mí. En el instante en que la saca noto mis fluidos derramándose entre mis piernas. Me baja de la mesa y hace que me agache frente a él, cojo su miembro y muevo la mano lentamente mientras lamo la punta en círculos. Me lo meto un poco en la boca y lo saco, así unas cuantas veces hasta que me lo trago por completo y se lo empiezo a chupar enérgicamente mientras el gime de placer. Me agarra del pelo y mueve mi cabeza a su antojo adelante y atrás hasta que se corre y empiezo a notar como se llena mi boca de un líquido un tanto amargo.
Cuando nos disponemos a vestirnos, una música me despierta y así comienza este día, con el fin de este sueño tan excitante que una vez más, solo ha sido un sueño.

  • Autor: Elena M. (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 29 de septiembre de 2016 a las 06:11
  • Categoría: Erótico
  • Lecturas: 43
  • Usuarios favoritos de este poema: Eben79, Dialec
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