Dulce locura, la vida
y mi transcurrir de loco
por la tuya...
Suenan luces cuando
veo ruido sospechoso
de ser magnífico.
Tan pronto oigo, escucho
el brillo fino de bellas
galaxias estrelladas.
Y lloro, de alegría, ositos
de peluche con corazones
en la barriga, amorosos,
rellenos de azúcar y miel,
que se retiran para amarse
a la casa abandonada que
hay en el callejón oscuro.
Dulce nombre de galleta maría
es lo que pone en braille
en la lata de hojalata
que encontré oxidada
en aquel último estante
de aquella coqueta tienda
de barrio marginal.
Las monedas que encontré,
bajo el banco desvencijado
de un parque entregado
a su intrigante monotonía,
las lancé,
deseando tres veces,
a una fuente fidedigna.
Por último anunciar que
la vibración del celular
de un lindo ángel caído
se trasladó,
cómo pudo suceder,
a mis rodillas artríticas
y ahora, milagro del cielo,
no puedo estarme quieto
pues me muevo raudo
como las negras hormigas
cuando buscan trigo
para tener en invierno
el pan asegurado.
Y pan, pan, pan, pan, pan
dijo la estúpida pistola
que me dejó un día
en clarísimo fuera de juego.
Fútbol, balompié, fútbol...
marco goles al aburrimiento
cuando, tranquilo, escribo,
pero marco goles de campeonato
cuando van saliendo los versos
adecuados del poema; y pienso
que esos son goles
y no los que marcan
las grandes estrellas
en la caja tonta
todas las semanas...
- Autor: luno ( Offline)
- Publicado: 30 de septiembre de 2016 a las 15:13
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Alextheblack, nelida moni
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