Sabías
que en una ocasión
arrojé una botella al mar
con un pedido de auxilio
que rescaté yo mismo para salvarme.
Cuando te cuente
lo difícil que fue vivir en esos tiempos.
Soledad triste soledad
sentirse invisible
sin posible salida.
Inventé los caminos
marqué profundas las huellas
grité, pedí
fueron desesperados ruegos.
Y no me vieron.
Por eso quise
en una botella
dejar testimonio
la locura, pena y rabia.
Para que alguien sepa
que yo, soy yo
no me ven
soy una sombra
puedo explotar como una luz.
Que quieren que haga
díganme que quieren
que haga
deseo un lugar
entre los que son vistos.
Tengo mi traje
la corbata
zapatos brillantes.
Puedo ser mejor
que muchos de ustedes
pero no me ven.
Nadie recogió la botella
aún la tengo
no la abandono
soy yo.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de octubre de 2016 a las 09:57
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: Marco Antonio (El Gringo), El Hombre de la Rosa
Comentarios1
La esencia de tu genial poema se viste de blanco son tus hermosas estrofas, estimado amigo.Esteban
Un grato placer leer tus versos...
Un saludo cordial de amistad...
El Hombre de la Rosa
Estimado amigo, el drama del desocupado, pega en todos lados. El ostracismo dentro de uno mismo suele ser el peor infierno.
Un abrazo fraterno
Esteban
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