Doblan las campanas en el escaparate alto
y los responsos no se pueden ocultar de los murciélagos
que tocan las estrellas con el negro ápice de sus alas.
Tropeles las desventuras de este viento
que bujan como una manada de apuestos toros
(cerriles toros) casi búfalos o bisontes.
Grandes morros, como las montañas de la vida
remontadas no por el ser, si no por el tiempo.
Suena a alientos acostados, inconscientes,
a pestañas con su tienda cerrada
aguardando adentro de ellas la visión
de los encuentros de la vida con la nada
en la mansión que acuna los siglos de una muerte.
- Autor: Inexistente ( Offline)
- Publicado: 3 de octubre de 2016 a las 03:36
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 62
- Usuarios favoritos de este poema: neosan, Anitaconejita
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