Devaneo:
Oh alondra blanquecina que has sido siempre mensajera de vida
en tus labios lúbricos has sabido contener el alma mía,
en tus ojos pardos desorientadas deambulan mis miradas
y en tu talle esbelto, mis manos débiles descansan ignoradas.
Alondra: del viento la erosión, tuyo el arte de encantar mortales,
Seres complejos que ante el estruendo de tu voz se vuelven triviales;
Y quien culpa a los desdichados, si sueños turbios tenemos todos,
los míos son: ceñir tu vientre, besar tu cuello, rosar tus codos;
Extiéndeme tus brazos perfectos, te envidia la venus de milo,
no esculpe Rodin unos así ni con el más delicado filo,
y que me abracen las extensiones vivas de tu ser con firmeza
tal como agarra en las violentas lluvias el árbol a su corteza.
En la oscuridad de la noche fría la luna en tu curso apunta
recomienda la pompa láctea que te formule una pregunta:
¿serás capaz acaso de pagar con indiferencia cortante
el sentimiento que en ti descarga herido, este divagón errante?
- Autor: B Quinchanegua ( Offline)
- Publicado: 4 de octubre de 2016 a las 00:33
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 164
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