Miro a veces al firmamento ya alejado; recuerdo cosas que
capaz a estas alturas ya debería haber olvidado, mas siempre recuerdo.
Recuerdo otoños desgarrados entre el invierno, y fríos tan secos que
puede que vuelvan a enfermarme ya de viejo, aquí en mi soledad.
Añoro recuerdos que tal vez nunca vuelvan, como los que claman
por piedad en su lecho un día más, y que ni dios ni el diablo conceden.
Soy de esos que se aferran tanto que les salen llagas en el recuerdo y
también soy de esos que no están satisfechos ni con el tiempo.
Nostalgia o añoranza, tal vez ni en esta lengua halle o halla
un sentimiento
tan fuerte y descriptivo para lo que siento;
saudade.
Aún me atrevo y sueño con que vuelvo a días que murieron
pero sé en el fondo que pasaron y no volvieron por más,
por más que mi mente haya rogado por un día más en el
lecho de mi muerte, cuando busco al pasado para no ver
no más el futuro que tengo enfrente, frente mi muerte.
Sí, añoro el pasado, tanto que ya no disfruto siquiera
mi presente.
Sí, aborrezco lo que viene, tanto que vivo de recuerdos;
saudade.
Busco clavarme en mis memorias pasadas para no volver.
No volveré a sentirme como hoy ni como ayer, ni tampoco
pienso en cómo me sentiré porque ya habré partido por él.
El tiempo, vaya que es mi fiel amigo pese al trato que hicimos;
nos dijimos que me abatiría en duelo, pero me dejaría
vivir otra vez momentos de abatimiento en mi cerebro.
Se me ha permitido vivir de nostalgias, de añoranzas;
del pasado vivo y al futuro muero.
Saudade; cómo te quiero.
- Autor: Carlos Vara ( Offline)
- Publicado: 4 de octubre de 2016 a las 22:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 10
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