Me ofreces ocultas decisiones,
deseos efervescentes
bajo la mesa esta rectangular,
mesa que justo ayer
fue vigoroso árbol en bosquete.
Y es que van llegando peces piraña,
en modo prejuicio,
que remuerden con ahínco
mi efímera conciencia cristalina
el mismo día en que
el televisor del salón
volvió a quedar sin señal
rompiendo así la rutina vacilante
de la breve altura de miras
de mi coqueta retina.
Bajando por el caminito zigzagueante
que sale a la derecha, si, ese,
el mismo por el que tira todos
los días aquel misterioso vagabundo,
se arriba a la ciudad de las opacas
oportunidades asfixiadas, casi
ahogadas por el alcohol y la droga
variante de la personalidad irascible.
Los hijos del espacio y los primos
del tiempo viven inmersos
en un mar de subconsciencia tal
que no saben realmente que
el oír del silencio más tajante,
más inmenso, más absoluto
es porque algo raro, extravagante
está sucediendo
en esta vorágine, que es sin duda
el sinvivir diario,
en la que caímos
cuando dejamos de ser niños.
Y aquí seguimos sin remedio,
tirando hacia adelante,
en esta jaula de grillos trampa
en la que entramos
cuales sonámbulos andando
por el cable de un funambulista
al que le salieron alas de dragón
multicolores en la espalda
el verano que le picó la avispa.
- Autor: luno ( Offline)
- Publicado: 5 de octubre de 2016 a las 14:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 17
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