Vinimos corriendo
fuera del tiempo o excluidos
de una inacabable carrera sin rumbo
hilvanados desde el ovillo de un infinito
carrete desproporcionado de generaciones
disparando el espíritu desprovisto
ya de huesos o de sueños
avanzamos o creemos hacerlo cuando
la pista es una senda entrecortada
como un suspiro o gemidos fríos
que rasgaron las cortinas
de vidrio destemplados llanos
caprichosos de olivos y olvido
nos recuerda; hasta aquí llegamos
llorando o perdidos, no entendimos
nada. aún así, aprendimos el habla
de los libros y la videncia de las esferas
que el cielorraso deliberadamente oculta
a los insectos en las entrañas
de las ciudades, creemos nunca salir
fuera de esta regurgitación constante
fuera de la ambivalencia del orden
de la palabra y la mirada trastocada
de leyes, que omiten, verdad y justicia
de eso se trata, lo que no trata de nada
cuando la tijera se prepara para cortar
a su antojo biografías nacionales
sobre territorios innominables y
los ojos de desplegados amantes
en sus camas como estrellas en la noche.
II
tic
Marca el diapasón sobre madera
tac
repiten las agujas de lanza estucada
tic
mañana las mismas horas, pasadas
tac
abrirán insondables brechas
tic tic
en la vena abierta/fuera de la habitación
tac tac
todo es tan igual en su diferencia
tic tic tic
y esperamos por grietas en la estructura
tac tac tac
buscando forados en la prisión numerada
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- Autor: Santiago Miranda ( Offline)
- Publicado: 6 de octubre de 2016 a las 16:42
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 45
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