Mi abuelita muy risueña
se me llena de tristeza
cuando va cargando leña
arriba de su cabeza.
.
¿Qué pensará la cayena
cuando te vistes de fiesta
en las parrandas llaneras
adornando tu cabeza?
.
De manera muy discreta
vamos todos al fogón
por el olor a manteca
que nos brinda el chicharrón.
.
Dejé tantas piedrecitas
regadas por el camino
a ver si te facilita
el encontrarte conmigo.
.
La luna que nos alumbra
a lo largo del sendero
me da inspiración fecunda
para escribir lo que quiero.
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Arroz blanco con frijoles
y su carnita guisada
rebosan en los peroles
sobre la estufa apagada.
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Se rompió mi pantalón
y descosió mi camisa
bajados del tendedor
cuando llegó la llovizna.
.
Qué dirá mi tía Trina
cuando se entere que yo
me comí la dulce piña
que guardaba en el tazón.
.
Ese bonito sombrero
de brillante pelo'e guamo
gran obsequio de mi abuelo,
regalo de cumpleaños.
.
Adiós amigos, me voy,
me voy pero pronto vuelvo,
cambien la cara por Dios
que solo digo hasta luego.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela.
- Autor: Diaz Valero Alejandro José ( Offline)
- Publicado: 8 de octubre de 2016 a las 21:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: Inexistente
Comentarios1
toques de un entorno alegre, tradicional y familiar.
Así es amigo, así es.
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