Cuando la noche desborde
sus pasiones florales,
de piedras afiladas,
pañuelos negros y
quejidos profundos,
yo dormiré con la alegría
del pan y con las
melancolías de los
corazones abandonados.
Que nadie interrumpa
la paz de las lágrimas.
Yo siempre pienso con
la actitud de un sacristán
que toca el campanario y
que luego huye por el pueblo,
como un viento furioso,
para encontrarse con el final
del sonido y del tiempo.
Mis manos están siempre
llenas del polvo de los caminos,
de abejas rojas,
de cuernos mañosos y
de cirios en penumbra.
He salido de un bosque
violento con todas las
palabras mojadas y
trayendo un escándalo
de pájaros pegado a mi
triste ropaje de labriego
sin tierra.
¿Puede alguien decirme
qué hora es?
- Autor: Samuel Santana ( Offline)
- Publicado: 9 de octubre de 2016 a las 12:05
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 93
- Usuarios favoritos de este poema: LUIS ADONAY VENEGAS LEYTON, El Silente Vagabundo
Comentarios1
Hermoso y profundo
Caminante de los caminos de hoy es caminar por los caminos de la incertidumbre, tu ropaje de caminos de labriegos tienen una humedad de bosques húmedos que te darán la fuerza para reencontrar el camino y seguir sembrando para producir nuevos brotes.
Gracias por compartir.
Purenino
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