Había una lagarta
llamada Marta
y una rana
llamada Eulalia
que eran vecinas
y muy amigas
desde la infancia.
.
Sucede que Marta
entró a una casa
y perdió su cola,
pues con una escoba
alguien la golpeó
y por eso huyó
entre las sombras.
.
Marta no sabe
y cree que es grave
andar sin cola,
por eso ahora
anda afligida
y escondida
a veces llora.
.
Entonces Eulalia
muy solidaria
desde su charca,
dice ¿qué pasa?
¡Deja ese llanto!
¡No es para tanto!
Guarda esa lágrimas.
.
Eres insensata
le dice Marta
tú no sabes de cola,
vives a toda hora
en esa charca,
tu vida es grata
y acogedora.
.
Deja la rabia
le dice Eulalia
“yo tuve cola
siendo pichona
y no te preocupes,
yo nunca supe
si fue una escoba”.
.
A Marta con los meses
la cola le crece
y a toda hora
hace maniobras
agitándola con ganas
mientras que Eulalia
sigue sin cola.
.
Así es la vida
si tú investigas,
sabrás que a la lagarta
le hace falta
lucir su cola
y a la rana no le estorba
andar tan chata.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela
- Autor: Diaz Valero Alejandro José ( Offline)
- Publicado: 11 de octubre de 2016 a las 17:00
- Categoría: Infantil
- Lecturas: 81
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