El nervio de un sueño enredado en la garganta de una doncella,
y como un péndulo le hace eclipsar el horizonte al poeta,
enervado en sucios cometas,
sus golpes de sangre y sus veletas.
Las lágrimas de una que llora por quien le engaña,
la constancia de un padre a pesar de la madre fatua,
y la fidelidad incomprendida de una esposa joven,
ante un marido abyecto.
El cielo abierto bajo la lluvia, cuando se están casando,
antes del otoño, se echa a perder la tarta,
la virginidad y el decoro.
El soltero busca casarse, y el casado busca soltería,
la mujer moderna quiere ser libre y al mismo tiempo
busca a tientas un ideal menos real, o que no existía.
A veces llueve y hace sol en medio día,
a veces los opuestos se atraen,
o la gente se ama sin importar lo que otros dirían.
Y así las ciudades siguen llenas de amantes,
de gente buscando gente,
desesperadamente.
Ciudades llenas de creyentes en el amor,
en la pasión o cualquier cosa que se pueda eyectar.
Existen quienes cuentan las olas del mar,
quienes no se quieren ni mojar,
aun teniendo a otro amándoles dentro.
Esos son los amores de los tiempos sin tiempos,
de desconocidos que reman en direcciones distintas,
pero no quieren renunciar a su derecho a vivir la vida loca.
Vuelve a llover a cuentagotas,
se dispersa el vaho,
la nota,
el olor a hierba húmeda,
y las bragas llenas de esperma.
Y tras las ventanas sueñan las jovencitas,
con príncipes verdiazules,
y tras las murallas sueñan también los viejos,
los verdes y los gandules,
que desposarán jovenzuelas,
y apagarán a la vez sus vidas,
y sus candelas.
El cielo abierto bajo la lluvia, mientras se están amando,
como se ama sin pensar en el amanecer,
sin saber qué va a suceder,
ni quienes serán lastimados,
ni quienes van a perder,
apostando a caballo regalado.
Esos son los amores plastificados,
los prefabricados de nuestro tiempo,
llenos de escamas y plumas,
llenos de espumas y dudas,
y con fecha de caducidad.
Hay amores, amores jaraneros,
que no dejan de amar, y no dejan cabeza sin cuerpo,
porque no hay reglas para el amor,
ni para los amantes,
a pesar de la lluvia,
y a pesar de la eternidad del tiempo.
ROGERVAN RUBATTINO ©
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- Autor: Poeta Psibernético (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de octubre de 2016 a las 07:57
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 106
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