Que tus besos sean relámpagos y truenos que logran vencer la persistencia de un cielo azulado. Una victoria del amor que diseña un nuevo espacio en donde nuestros cuerpos gozaron la eternidad de los amantes, caricias ardientes que no desfallecieron. Se alzó majestuosa la espada del guerrero medieval; que quebró escudos y se hizo portento irreductible, mientras redujo al olvido cuando su lengua recorrió los desiertos de los tiempos idos. Las manos llenan de fecundidad a la tierra agreste, cada caricia son frutos del amor que logró renacer cuando todo parecía soledad. Dos cuerpos exhaustos entre sabanas blancas, ardor del elixir del amor cuando se hace fuero volcánico. La velada nocturna la alumbran los candelabros de la pasión, rompen los diques de los atavismos y se entregan con una locura que jamás podrá atar el misterio. Noche de encuentros hermosos con dos cuerpos fusionados en una sola vida. Vuelven los besos en manada. El rey duerme en el pecho de su amada, cada caricia con el sello de un amor que jamás se fue…
- Autor: ALEXCAM (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de octubre de 2016 a las 07:38
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Pepe Pnca, Norberto p.p.
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