Me arrastro de por vida
como lagarto en desierto
de Sahara o de Sonora.
No quiero levantar, no sé
acaso si podría, este cuerpo
castigado que entró
hace siglos
en modo desidia,
así, en estilo abandono.
Repto los días todos
cual camaleón por arenas
de Doñana o de los Enebrales.
No siento ahora el corazón
latir como antaño
en su pecho tan frágil
ni tengo contenta, antes sí,
el alma en su sitio.
Desgraciadamente, o no, porque
no poseo ya la noción del sentido
correcto, entré,
aquel otoño de...
no recuerdo qué año,
en claroscuro modo avión.
Y ahí, todo yo, incompleto,
lo que soy y merezco,
yazco,
en mi particular sótano apagado,
sin ganas de rendir cuentas
a nada ni a nadie,
si acaso a la luna embriagada,
al sol ardiente o al árbol asombroso
que cobija, sin pedir cosa a cambio,
este amasijo de carne y huesos...
- Autor: luno ( Offline)
- Publicado: 14 de octubre de 2016 a las 18:51
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 18
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