¿HAITÍ? ¡AY DE TI!

Triste humanidad azotada sin remedio,

oleajes,  males, vientos  frìos y miedos,   

¡Oh! castigada por rudas tempestades,

junto a  furia  natura caían de los cielos,

esclavistas llamados conquistadores,

y  ayeres de penas, recuerdan devastados.

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La Española te bautizaron los grandes señores,

regalo de Colón para el glorioso reino de Dios,

de la mano de la Santa Católica fuè el galardòn,

el Nuevo Mundo recibiría  su sangre y sudor,

bienvenidas las riquezas y la dura esclavitud.

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Época de vergüenza y oscurantismo de oro,

de quienes enarbolaron  banderas de gloria,

de culturas milenarias y siglos de historia,

llegan al presente del tiempo inclemente,

a sufrir un holocausto de dolor y pestes.

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Un suelo àrido, donde  no crece ni maleza,

desgastado por años los bosques talados, 

y convertidos en lumbre por el hombre,

donde ignorancia y desesperación hace cita,

en ritualismos  oscuros, parecieran convertirla 

en tierra de nadie o en tierra  maldita a vista,

escondida de los poderosos del mundo.

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¿Cuanto dolor  sufren gentes desposeídas, 

de su origen  Africano y color de piel oscura,

víctimas del sadismo, ambiciones y locura,

asediada, maltratada de mano en mano tomada,

sin oportunidades isla que jamás fuese amada,

y  hoy  en su apocalìpsis desfallece hundida.

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Tierra de ritos, de animales y riego de sangre,

leyenda de  zombees, hombres y costumbres,

¿Hasta cuando castigos? impiedad de Dioses,

sin la vital agua potable, sin energía elèctrica,

sin medicinas, alimentos, sin frazada, ni vestido,

ni techo, ni càlido abrigo que los descanse,

son atropellados por huracanes de hambre.

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Hoy con profundo dolor alzamos  ojos al cielo.

pedimos al Dios hacedor piedad y tiempo sereno,

para ayudar a estos hermanos hijos de la tierra,

moradores en desgracia que no están en guerra,

y que el mundo indiferente observa con frialdad,

que pasaron por  terremoto y por Mateo el huracán.

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Pero los poetas  unidos al vuelo con  solidaridad,

queremos al mundo con nuestros versos gritar,

elevar canto de fé, esperanza y de sensibilidad,

y nos preguntamos:  ¿Haití? ¡Ay de ti! ¿Viviràs?

porque viajeros somos de terrible  humanidad,

esperamos a la compasión los pueda rescatar,

donde hubo miles de muertos en cruel  silencio,

aùn quedan miles de niños que podrìamos salvar.

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Raquelinamor/

Venezuela 2016

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