Está de más marcar el mapa, recuerda
ambos conocemos que las calles que llevamos
cicatrizadas, señalan los quiebres y los años
en picada, los brazos dirigidos y más
abajo lo innombrable, origen de mitos
la noche aguarda
hambrienta al día
allí nos las arreglamos para finiquitar
las semanas en el olvido, revolcando
el territorio iracundo, nos vertemos
al asunto y desparramamos trepidantes
haces de luces frotando (la onda se(h)a dicho)
astros: la vía láctea, lleva
tu nombre, tuya
la caverna salpicada
y ¿cómo es que llegamos tan lejos
(y como ahora caemos tan bajo
en el silencio)
solo trazando? planes verticales
vórtices sobre los cielos y montes
aquellos sobrexpuestos triturándonos
arremetemos en la textura susceptible
el tiempo extendido es un manto
dispuesot a ser atravesado de placeres
esconde, escinde, permuta las sensaciones
en tus umbrales dispuestos titilamos
la fiebre es esquiva, roja delira
dunática o desértipa, menguando la luna
cabizbaja la lengua, sabes de lo que hablo
aún sin mencionarlo, leyéndote, me lees
yo soló llego tarde o para ti me voy, temprano
oprime esta era marchita, cubrámonos
las leguas de fuego y no espanto
construyamos, un pozo contiguo a los días
rutinarios, callemos el transcurso
de lo desmantelado, todo es demasiado
habrá de apagarse de golpe o lentamente
incluso nosotros caemos -en la cuenta
de lo que hemos- dormido(s) en la tregua
- Autor: Santiago Miranda ( Offline)
- Publicado: 16 de octubre de 2016 a las 23:03
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: maria1314, eibaoga
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