Asomo mis formas, tiemblo de frío
vivo anónimo en el nácar
de un caparazón agigantado
sigiloso y lento.
Ya no llegan los martirios y el sufrir.
Adherido a las mutantes paredes de agua
me sumerjo en las cintas plateadas,
que raudas como saetas inalcanzables,
desplazan en cauce avasallante,
hasta rozar las algas en la orilla,
donde las corrientes y el oleaje pugnan
para llegar primero al descanso.
- Autor: chucho (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de octubre de 2016 a las 15:42
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 60
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