carta número dieciocho: de tu belleza, gratitud y amor.

Domingo, septiembre 25 del 2016 12:00am

Mi Rubi, mi linda.

Han pasado muchos días desde mi última carta, que por cierto; aún sigues sin leer, espero pronto te decidas a leerla.

Pero hoy quiero escribirte sobre algo tan importante; que cada día que pasa es más prioritario, más urgente, más necesario, tan vital como el aire que respiro, como tu dulce presencia en mi vida; así de importante es esto, que ahora voy a decirte; que estás hermosa, más divina, más encantadora y guapa que nunca, ah, los años te están tratando muy bien, eres una mujer harto preciosa, valiosa; una joya en medio del desierto que sobre sale, deslumbra con luz propia, opacando al fortísimo sol mismo, en su ambiente natural, eres vida en el campo santo, el fuego de los cirios, las flores y la fe en la vida.

Eres tan hermosa, tan linda, te lo repito tan valiosa, que aún recuerdo el día; que impactado por tan bellos atributos, me dije; no te la mereces; es que eres tan buena, que yo mismo dude de que me estuvieras esperando a mí. Sé que te molesta oírlo y leerlo tal vez más, pero mi vida, así de impactante, así de fuerte, es el poder de tu belleza en mí, me sentí tan chiquito, tan feo jaja, ahora más tranquilo; me siento harto dichoso, tan feliz, tan alegre, tan sonriente, tan dichoso, que me dan ganas de llorar; y no de tristeza, me siento tan abrumado, tan feliz, te siento aquí adentro; en el alma, y estas sonriendo y sólo me dan ganas de llorar; y repito no de tristeza; diría Benedetti: "es tan lindo saber que existes" que me correspondes, que tu sonrisa vive tan clavada en mí, que sólo puedo decir; gracias, gracias; por los besos, los abrazos, las llamadas los mensajes y todas esas hermosas sonrisas, por tus desveladas, por tus desmañanadas, por apurarte a las labores y al trabajo, gracias; por el amor, los dulces, por dejarme en el trabajo,  por estar ahí afuera; los viernes que salgo de luchar conmigo mismo, por recibirme después de más de un año, por aclararme mis dudas, mi locas ideas, y mis inseguridades, gracias; por todo lo que se me olvida y por lo que viene, gracias, por estar tan linda cuando salimos a caminar o al cine, gracias; por hacerme tan feliz, por sentirme amado, bueno, valioso, por darme la mano y aunque lo repita por los abrazos.

Te amo tanto, que sólo puedo amarte mejor cada día, aunque te sorprendan cosas que de mí no esperarías, aunque derrumbe; limites, ideas, costumbres y prejuicios, eso de nada me sirve, si lo que yo quiero es amarte mejor y por qué no, aún más, no importa que como hoy me pese tanto dejarte ir, que siento que se me desgarra el corazon y te lo llevas a tu casa, no importa que mis noches sean largas y dolorosas, como aquel que espera a su amada, no importa que en las noches despierte con ansia de tus besos, con necesidad de tus abrazos, con añoranza de tu sonrisa, todo vale la espera por ti, tú lo vales todo, ha valido la vida porque te conocí.

Amándote hasta cuando no te escribo.

Eder Guerrero