Unamos nuestras manos, Helvia,
y miremos sosegadamente
el suave pasar del tiempo;
y con dulce parsimonia
recordemos que el destino
una vez nos fue bendecido
con nuestro inocente amor eterno.
Amémonos y olvidados de todo
no suframos por nada en absoluto,
pues si se apaga nuestra débil llama
mis versos serán imperecederos.
Así, cuando me alcance la noche
volveré a tu memoria sin dolor,
sin quemarte o despertarte;
y cuando entregues el óbolo
al lóbrego y oscuro barquero,
dormirás en el seno de Adonis,
con sus frágiles rosas que mueren
el mismo día en que nacen;
que viven una luz eterna
y como tú, se recuerdan
con silenciosa belleza.
- Autor: estrella_del_sur ( Offline)
- Publicado: 23 de octubre de 2016 a las 19:24
- Comentario del autor sobre el poema: Inspirado en los poetas clásicos de la Era Antigua, he decidido rendirles homenaje con este poema de aire latino.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 114
- Usuarios favoritos de este poema: Lita_81
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