A lo largo de estos años,
larga veces he sufrido,
en el recuento de los daños,
al menos sé que he vivido.
He aprendido a sanar mis heridas,
he luchado por lo que quiero,
mis sueños ahora se manifiestan más fuertes que nunca
y he aprendido a querer incontable cantidad de personas.
Muchos se han ido y muchos han venido,
pero mi alma mantiene su esencia.
Mi corazón aprendió a latir más fuerte,
y mi mente evolucionó…
¡Tanto, tanto he aprendido!
Pero aún después de todo esto,
vida mía,
no logro olvidarte.
Diego Alberto Araya Rodríguez. 24/10/2016
- Autor: Diegö Alberto (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de octubre de 2016 a las 20:39
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 40
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., neosan
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