De temperamento colérico, la Mujer de Mustafá tenía mucha ambición
Se quejaba todos los días y a cada minuto de todo, sus protestas llegaron a ser una afición
Cuando Mustafá se metía en la cama pretendiendo ser un campeón,
ella le rechazaba con un largo sermón ,
De que no puede aguantar más sus palabras de conmiseración ,
de que la casa con los niños, se quedaba como un jaulón.
de que no llegaba con el dinero que le daba en hacer una estable ecuación ,
de que el barrendero mas hombre se compro un verdadero pabellón ,
de que ha muerto su tia lejana de una terrible afección
y de que no se que de otro tema amargón .
Con el fervor que tenia como un asno en efusión
y pretendiendo darse un buen revolcón,
Mustafá, ante tanta maldición ,
se le quedaba entre las piernas un flacucho pene en apagón .
La voz de Kenza repetía y repetía:
¡Tú no eres un hombre, no eres capaz de mantener ni siquiera la erección ,
Ni en la cama, ni en la fama eres digno de admiración!
Para justificar su virilidad y comprobar su disfunción,
Mustafá compro una cabra y la metió en el salón.
Ahí empezó el verdadero follón,
su esposa y sus críos se metieron en coalición,
Para llamar a todo el vecindario y para denunciar el pobre Mustafá de depravación.
Para vengarse de esta difamación,
Mustafá se compro un burro y le metió con la cabra en el mismo rincón.
Cuando el rebuzno del burro ha puesto la cabra y toda la familia en rebelión.
Para solucionarlo de inmediato, Mustafá metió el burro en el dormitorio donde había el único colchón,
pensando que para su mujer era una buena afectación.
A los críos y a la mujer chillona no les quedo más espacio para dormir que en el destrozado balcón.
Con el tiempo las protestas y los chillones fueron amañado hasta la depresiòn
Las suplicas y los ruegos se transformaron en confesiòn
Quieran besarle los pies para salir de esta terrible aberración
Al fin , Mustafá le pregunto a su mujer Kenza
¿Si saco estos animales a la calle, te sintieras feliz conmigo,?
Toda la familia grito con emoción:
SI, Si, Si, seremos felices a montón.
Si esta fábula no es una lección
para quien quiera de la vida una explicación
y Si no le he sacado una sonrisa como devolución,
Es que soy el único que no tiene constipación
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