Noche de otro insomnio

Noche de otro insomnio.
Insomnio efímero en un
perpetuo sueño
vivido a cada instante.
Miro hacia afuera
y observo cómo la libertad
se mece entre susurros del viento
hacia algún lugar que la distancia
me nubla.
Pero yo sólo conozco la libertad
de hallarme presa
entre tus brazos
sin ni siquiera tocarte,
rozando tu alma
sin ni siquiera saber dónde
yace la mía.
Hace ya algún tiempo que no sé
ni quién soy
si el simple hecho de perderme en ti
hace que no recuerde ni mi nombre,
si en este instante en el que escribo
mis palabras muriera,
sólo así volvería a ser.
Será el tedio en el que se sumerge
mi vida,
será mi alma que te siente
queriendo no sentirte,
pero siento que debo arrancarme
el corazón de las entrañas
y forjar mi vida en el olvido,
lejos, muy lejos,
donde con suerte tu voz
no llegué a buscarme
para después abatirme cuando
mis latidos te vean.
Hace ya algún tiempo que debí
aferrarme a la agonía del silencio,
si así y sólo así podría haber evitado
tanta tristeza en tu rostro
por mis lágrimas
y tanta tristeza en la mía
porque la oscuridad amarga.
Que escribir empezó siendo
el desahogo,
y ahora sólo es el retrato
de tu ausencia.
Mi cuerpo lo forman heridas
traspasadas desde mi alma
a mis ojos.
Los cristales son frágiles
y más frágiles
cuando el golpe es un dolor intenso.
Insomnio efímero si el sueño
es perpetuo...
Ni el sueño ni el insomnio
consiguen borrarte de mis versos.