Escucho miles de ruidos en mi cabeza.
Muchas voces describen mi alrededor,
me llenan las ideas con su rencor,
en mi ver solo hay odio y venganza,
ganas de aniquilar al ignorante.
Las voces en ocasiones cantan,
me alegran el corazón y el alma,
sin rencores son esas milésimas de tiempo,
que me purifican en poco la maldad de mis adentros.
Bailan los ruidos al son de un solo ritmo,
no se cansan pero rápido se alborotan,
me cambian las ideas en un instante por otras,
del todo al nada me carcomen el alma,
mis sentidos reclaman odio al sentir tantas frecuencias
que no me dejan controlar mi calma.
Cuando se calman sin alegría,
solo disfrutan de la luz del día.
Platican y discuten de las dificultades.
de encontrar paz en esta jungla en llamas.
Me gritan la mayor parte del tiempo,
que salga de está jaula de cemento.
Esa que mata los monumentos del destino.
El viento diluye el ruido y las voces,
pero vuelven en el eco de mis sentimientos.
Estos sonidos en mi padecimiento me destruyen,
me fragmentan el alma, el corazón y mis pensamientos.
Encuentro el silencio y me siento sensible,
sin derrumbes, ni caos que acabe con el poco ingenio que me queda.
Estos aullidos los expulso con mis rugidos a la luna, al sol y las estrellas.
El ser dañino qué me aumento el pulso,
vive dentro y sale fuera a hacer daño a quien pueda.
En mi explosión de tanto enredo,
termino estallando en mil pedazos,
que se reparten por el viento,
por toda la materia,
que alcance en un grito.
- Autor: ErC ( Offline)
- Publicado: 28 de octubre de 2016 a las 23:27
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 93
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