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Con la piel bronceada,
con cada pedazo del corazón,
con la única sazón,
canta mi voz una plegaria,
con tanta alegría,
que en el exterior de mi alma,
¡es luz!,
¡sí!, ¡sí!, ¡y, no!,
no, no, no, ¡es eternidad!,
como el cielo lleno de tanta libertad,
que deseo un triunfo como la gran ufana verdad,
que debate un prestigio como la flor,
en mi interior como la más vil perdición,
queda mi corazón sin más emoción,
que el llanto amargo en el exterior,
cuando soy ¡luz!, ¡sí!,
¡sí!, ¡sí!, ¡y, no!,
no, no, no, ¡porque soy eternidad!.
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- Autor: EMYZAG (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de octubre de 2016 a las 00:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 55
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén
Comentarios1
Precioso, etéreo, con lus de eternidad.
Un precioso poema.
Espiritual que llama a la reflexión.
Esa luz que llevamos dentro que en ocasiones es necesario purificar.
Un placer leerte
Un abrazo de amistad de mi parte
Kavi
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