Beberé su sal y sus raíces,
dentellaré su carne,
abriré sus labios con afilada daga,
lasciva, erguida, brillante,
la savia de mi entraña recorrerá su lengua,
sus profundos bordes,
las brazas ardientes de su selva,
sus muslos coronados de guirnaldas,
los biseles de su boca,
sus caderas,
recorreré las aristas de su sueño,
ciénagas que palpitan,
geografía ardiente de deseos,
impregnaré de jazmines su templo,
sus pechos ungidos,
su tibio delta de veneros.
- Autor: Julio de la Huerta ( Offline)
- Publicado: 2 de noviembre de 2016 a las 04:04
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: Eben79, la cuerva
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