Llegué a su casa,
sentí extrañeza,
el ambiente no era el mismo,
algo faltaba allí.
Miré a mi alrededor,
la misma casa,
el mismo jardín,
la misma puerta,
el mismo color,
los mismos muebles.
Nos saludamos de la misma manera,
vestía sus mismas ropas,
olía su mismo perfume
y hasta nos dimos los mismos besos.
Luego siguieron los mismos abrazos
y nos dispusimos a entablar
nuestra misma conversación diaria.
Pero, ! oh catástrofe ¡,
alguien se robo el televisor.
MARIO MONTES GIRALDO.
- Autor: MARIO MONTES GIRALDO ( Offline)
- Publicado: 2 de noviembre de 2016 a las 13:19
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 94
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