Creía que la conciencia le llegaba a la altura de la verdad,
flamante rostro en la crecida cálida noche;
desliz de dedos, buscando lo que entendía suyo,
tratando de no acariciar la idea,
sólo la bella cápsula tersa que encierra mucho de él,
sólo acariciarle, sentirlo, quemante como el sol;
sólo necesitaba un sorbo de la sal que se desprendía de él.
Pies descalzos, desnudos, parte de esa isla entre sábanas,
isla que muestra el tono que me ilumina y alumbra,
isla que confía en la brisa suave que le besa.
Me plazco en esos labios de néctar dulce
que aguardan muy de cuando en vez,
en sus ojos que mueven el latir de las rocas,
en su cuerpo hundido en las olas de blancas sábanas.
Mi mente lo medita, lo razona, lo deduce, lo imagina,
mi espíritu lo busca, lo abraza, encontrando la armoniosa fusión de espíritus ,
mi corazón lo abriga de cuidados,
le acaricia con cada latido.
Noctívagos pensamientos, llenos, inundados de su luz.
- Autor: Ana María Patiño Flores (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de abril de 2010 a las 03:32
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 228
- Usuarios favoritos de este poema: phonchovegha
Comentarios3
Todo está allí y se siente;
Escoger si se toma la idea del pensamiento será acción de quien imagina y en este caso de quien escribe;
Interesante Poema,
Un abrazo,
Alvaro
Gracias por valorar mis pensamientos. Pase agradable noche y ojalá se haga de una exitosa semana. Abrazos también.
Paz.
Grato es leer tu poema.. un diez, y un cariñito a ti!!!!
Pasa lindo domingo.. !!
Kalita
Gracias, me complace saber que lo encuentra grato,
paz... bonita semana pase.
Con qué delicadeza haces tañer las campanas de tu alma...! Qué dulce los compases de tu Lira... Hay una gracia en tu decir poético que me lo llena de gracia y de ternura ... Felicitaciones...!
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