Quisiera escribirte hoy, sobre las maravillas de la vida
como ese amanecer lento del verano
donde las estrellas desaparecen
entre murmullos de pájaros.
O la fuerza brutal, del temporal
ignorante del péndulo
que va y viene, del viejo reloj...
ya han dado las diez.
Te conté alguna vez, cuando niño
con qué ansias remontaba barriletes
dueño del viento
y del cielo, atado al piolín.
Hoy, han pasado los años
y el péndulo aún sigue su camino
pero yo cansado de ir y venir
quiero detener ese tiempo.
Ya han dado, justo las diez
y las campanadas
redoblan la angustiosa
lluvia sobre la ventana.
Aparto esa imagen
acordándome de vos
y las maravillas de la vida
que hoy te contaré.
Como aquel día
en que nos encontramos
el brillo de tus ojos
y mi corazón huyendo en torbellino.
Que maravilla, puedo contar
si no la puedo escribir
con estas letras, tan formales
ni la música puede alcanzar.
Deberé inventar, algo
algo que eche a volar
un grito feroz
un ademán, sin igual.
Una maravilla, que asombre
tus ojos brillantes de amor
y no tengas mas que soltar
mi nombre apretado, en los labios.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de noviembre de 2016 a las 09:29
- Categoría: Amor
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: Armando Luna Pineda
Comentarios2
Muy buen poema la verdad
Gracias, por tus palabras, que representan en realidad, tu propia sensibilidad reflejada en el relato.
Un abrazo desde el sur
Esteban
Un placer leerte amigo poeta, gracias por compartir, este poema profundo de nostalgia.
Gracias a vos, por tu comentario, el amor distante o ausente, lleva algo de dolor.
Un abrazo
Esteban
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