La sonrisa todavía no está amaestrada,
ni siquiera un por qué se preguntan,
los niños tampoco se lo barruntan,
que cuanto mayor sea la sonrisa, mejor pagada.
Tan natural es la sonrisa,
tan infantil como el llanto,
a la alegría sucede el espanto,
como al rudo viento la brisa.
El niño en mitad del mercado,
o en pleno recreo,
trabaja, sueña y juega.
Vuelva a su casa cansado,
habíendo cumplido el deseo,
cuando a su madre enferma,
el dinero de lo que vende entrega.
- Autor: argantonio ( Offline)
- Publicado: 8 de noviembre de 2016 a las 16:11
- Comentario del autor sobre el poema: Incluso en la Sevilla americana, convivían la riqueza de los mercaderes y la pobreza infantil, en estos día se celebra una exposición de obras murilléscas y velazqueñas, que me han hecho recordar una mañana en el Louvre, en una sala donde casualmente me encontraba solo, llamó mi atención, un lienzo donde se veía, un niño solitario en una habitación oscura y húmeda, sin mirar al pie del cuadro, para saber quien era el autor, lo adiviné, era un niño pobre y abandonado, cuya única pertenencia, era una manzana más bien seca y una jarra con agua, era su única esperanza, pero se resistía a morir.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 52
Comentarios1
Buen poema buena reflexión saludos
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