UNA ILUSIÓN   (Un Cuento más)

Hacía un tiempo atrás que en mi cabeza  se gestaba esta idea , una pequeña e  insignificante ante ese maremagno de ideas inquietas que atropellan cada día mis sentidos,   ¡hoy es un buen día! para ponerla en práctica, ¿Porque? porque amaneció temprano, muy hermoso, trinan  los pájaros alabando al creador,   en su acostumbrado  canto matutino,  llovió la noche anterior y está el ambiente de fiesta, el clima fresco y claro, escucho la alegría de la tierra, las plantas saltan y florecen, la savia las re verdece, porque fueron nutridas del liquido mágico del amor, del maná caído del cielo con vital esplendor y no quiero encender el televisor para  ver  noticias,  toquen mi centro y se amotinen las emociones.
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 ¡Ah! por cierto, en Norteamérica ganó Donald Trump, un guerrero, que  derrotó la vieja gaviota  heredera del poder imperial, pero...un ejemplo bestial, un clásico de como un hombre no debe vivir la vida, insatisfecho de las riquezas, necesitaba jugar a ser Dios, tener inmenso poder para engrandecer su Ego  y  vamos a ver que hará, por ahora,  quiere con nuevo  yugo acabar con los  extraños que osaron su suelo habitar, pero  ¡claro! no creo que con ello  la visita de la muerte,  algún día  impedirá. ¡jajaja! ¡Buena Suerte! y nada más.
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¡Oh!   ¡Hoy es el día! ¡voy a conquistar el mundo! y lo voy a conquistar con hidalguía,   ¡Si Señor! así como lo hiciera  el legendario personaje Don  Quijote enarbolando banderas y aventuras a su paso, con su amigo el escudero Sancho Panza y  su Rocinante fiel caballo ambulante ¡Siendo feliz! sin dudar, con una meta en mente, y vencer a  los Molinos de Viento, sin importar le un sapo lo que pensara la gente, o los que observaran ahora  la  dramática nariz ganchuda del mosquetero D'Artagnan,  al estilo Quijotesco, con ojos de incredulidad, o porque este u otro empuñara su espada en busca de la justicia y verdad.
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 Ahora mismo tomaré mi  sombrero mas nuevo, me remangaré  los pantalones, me pondré mis botas de cuero, una colorída bufanda y saldré a caminar por los  senderos de Dios, no me importará que me llamen loca,  hablaré con los hormigueros, les preguntaré ¿Como es que consiguieron hacer su sociedad en armonía perfecta?, ¡Sin amo,  ni señor! y  despertaré a las lechuzas de la noche o entraré en sus desvelos, les preguntaré ¿Como pueden vivir felices sin tener dueño?, e invitaré un ejército pirata de pájaros señeros para acompañarme y con ellos remontaré la cumbre de los sueños eteréos  y al viento ordenaré cantar mi canción, para que llegue muy lejos a  los hombres en los confines de la tierra y sea cual  bálsamo  al dolor, este mi humilde pregón de esperanza en el corazón.
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¡Ven humano, sal de esa cueva hermano! atrévete a vivir, sígueme, ¡Para ya de sufrir!, déjalo todo y ven tras mis pasos, ven solo, no traigas tormentos, ni envidias, ni odios, ni celos, ni juicios, ni resentimientos, saca de  tu ser los deseos de venganza, deja ya los malos pensamientos, imagina pisar el universo del perdón,  y que tu eres una gaviota o un halcón que ha nacido hoy,  en esta tierra de gracia, por suerte o por desgracia, con el sano propósito de aprender a ser feliz, ¡deja ya tus amarguras!, cámbialas por ternuras, abraza el amor como única  aventura y entrégate al placer de la locura. ¡Ven hazte camino conmigo, hazte camino al andar como lo dijo Serrat al borde de sus honduras! ¡Saluda a tu amigo! ¡Saluda a tu hermano¡ y  ¡Alaba a tu creador!
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Y  así, poco a poco, a medida que  iba entrando la noche, se hacía  camino al pasar,   nos seguian las gentes, desde todos los continentes entonaban el cantar, había muchedumbre de  caras felices, los humanos volvían a sonreír, respiraban aire fresco, se tomaban de las manos,  bebían agua fresca de los manantiales y comenzaban a amarse de nuevo, aprenderían  a ser fuertes, dejando  ya de preocuparse en  buscar dinero, para pagar la renta y/o  comprar medicinas, vestido y alimentos, ¡pues! ya no regresaría  el hambre, ni el frío, ni se enfermaría el cuerpo y  todos disfrutaríamos hasta el aire remoto con sabor a salitre de los mares y arrecifes, en cada suspirar, y escucharán los oídos la música de la paz, los clarinetes de los ángeles se oirán a lo lejos resonar, y yo seguiré el camino a la tierra del  nunca jamás.
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Sin darse cuenta  los aldeanos de la tierra, habían llegado al  paraíso, pero ¿les digo un secreto?, shsssssss... eso nadie lo sabía, solo los pájaros cantores, las flores del campo vestidas multicolores,  las hormigas perfectas, y los peces del mar, lo sabían hasta hoy, cuando  yo les descubrí el secreto de la felicidad. ¡No!  No,  no es la riqueza, ni el poder, ni la fama, ni la gloria, ni la ansiada  inmortalidad, era algo simple, que no se podía comprar, era el  comprender que nada somos y que somos parte del  todo,  ahí radica la sabiduría, y el secreto de la felicidad.
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Descubrí que somos viajeros de un  universo, traídos  a este plano para ser felices, y  este es nuestro único paraíso y hogar  mientras tengamos la vida,  que no hay un  mañana para este cuerpo en otros mundos perdidos, es aquí donde nacemos y  aquí donde perecemos, que el tiempo es corto y fugaz, pero aquí y  ahora es cuando tenemos el deber de amar, perdonar  y disfrutar, no llenarnos de cicatrices injustas, es hora de  despojar nos de los disfraces,  de ser marionetas,  debemos ser naturales,  desnudar el alma escúlpida adentro,  asumir nuestros aciertos  o desaciertos, como únicos responsables de nuestro destino, no endilgar las culpas a otros por los pasados fracasos, y que si queremos podemos ser dueños de la  felicidad,  siendo lo que en esencia somos,  auténticos animales humanos, con un espíritu casi divino, de seres casi perfectos...
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¡Ah! casi perfectos, y justamente....esa es la peor parte del cuento, que  nuestra naturaleza es imperfecta. Y nos hemos creído Dioses, nos pasamos la vida construyendo imposibles, destruyéndolo todo,  creyéndonos dueños de la verdad, juzgando a todos, y convirtiendo el paraíso en un infierno, porque jamás logramos ponernos de acuerdo, y vamos haciendo daño por gusto,  o acumulando riquezas...  ¿Para que? si apenas nos llevaremos el aire que cabe en la maleta del destierro,  junto con los recuerdos, ¡Porque no  somos dioses! ¡Somos polvo de estrellas!, producto del sueño de algún gigante creador, que quiso jugar nos una broma y de vez en cuando como un chiste, su cabeza asoma.
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Y Colorín, colorado, este cuento se ha terminado, tal vez,  mas tarde regrese con otro cuento pero  de enamorados...Quien les ama, su amiga,
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Raquelinamor/

Venezuela/2016