Anoche soñé que me amabas,
que me amabas por encima de todo.
Que los miedos y excusas se rendían
y yo proclamaba tus sábanas como mi bandera.
Soñé que éramos vestigios del murmullo,
enredábamos nuestras manos,
derribábamos muros
y nuestras risas evocaban un himno.
Soñé que yo era valiente,
que ponía metas y lindes,
y no dejaba que el tiempo
tejiera nuestro destino.
Al despertar no estabas conmigo,
quizás estuvieras soñando
por esta pugna,
por este sino.
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