A veces, como una hoja acariciada
por el suspirar de la primavera,
en el fondo de mi alma, tu imágen
inmaculada, tiembla;
o a veces, como una tierna gota de rocío
que resbala sobre la verde hierba,
en el centro de mi corazón inflamado,
tu imágen tiembla;
otras, en la alta noche, como la luz
que titíla una lejana estrella,
en el estro que alberga mi mente,
tu bello ser tiembla:
¡tiembla porque es puro y divino!
¡tiembla cual corazón de quimera!
¡tiemblas amor mío,
mariposa de seda,
porque comprendes que el amor verdadero
es absoluta entrega!
Y yo que, absorto, contemplo
cada ángulo de tu silueta,
cada región de tu alma,
cada pensamiento que en ti despierta:
¡oh, soy dichoso de poder amarte
con todas mis fuerzas!
- Autor: Norman P. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de noviembre de 2016 a las 12:30
- Comentario del autor sobre el poema: El Amor es un importante recordatorio de que la divinidad y la inmortalidad no están reservadas exclusivamente para los dioses; el ser humano puede acceder a esas regiones a través de una mirada apasionada, un tierno suspiro o al escuchar esas dos palabras más potentes que cualquier conjuro: Te amo.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 238
- Usuarios favoritos de este poema: Jesús Lantigua, Enamorada de la luna
Comentarios1
Excelente trabajo. Muy delicado y exquisito. Abrazos.
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