Al otro lado de la sierra,
pasando las escarpadas montañas,
vivía un caballero,
con armadura de hojalata.
En el valle, su castillo,
viejo y demasiado grande,
pues el hombre quedó solo
con siniestro acompañante.
Dicen que en otro tiempo
fue un castillo precioso,
con muralla y jardines,
lleno de gente y oro.
Pero algo terrible ocurrió
y aquellas gentes murieron
se libró una gran batalla
y el enemigo venció.
Sólo sobrevivieron los reyes,
pero él, ciego de rabia y dolor,
con un puñal por la espalda
la vida a la reina arrebató.
Cuenta la leyenda,
que ella nunca le dejó
y su fantasma vaga por el castillo
donde él la asesinó.
¡oh! alguna vez, en algún remoto
recuerdo de mi alma extraviada,
caminé entre los helados muros
de aquel viejo castillo en ruinas.
Sería difícil definir el por qué
de mi presencia en tan inhóspito lugar
pero lo cierto es que, atraído,
como por una especie de luz,
recorrí un oculto tramo que me condujo
a una, no obstante, bella habitación;
habitación adornada de hermosos tapices
y hermosas figuras de serafines
y candelabros de cristal...
Todo estaba allí...todo, hasta la fatal
decisión que tomó un rey
cegado por la ira y la desesperación...
¡ay! allí estaba ella, con la expresión de la muerte en sus ojos...
Aquella fue una visión horrible, pero más
horrible fue que la mirada de la reina
pareció hallar la mía en medio de las sombras...
Comentarios1
Hermoso poema, feliz cumpleaños!
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