Me encontraba profundamente dormido, un sonido estruendoso,
percibía mis oídos… Al despertarme apresurado,
mire hacia el ventanal, era un cielo enfurecido,
con rayos y centellas… Un tremendo aguacero.
Me dirigí a la ventana, casi no podía ver,
la tormenta era muy fuerte, volteo la mirada hacia el vecino,
pues ellos vivían en un rancho, una familia noble,
de pocos recursos… llenos de miserias,
pero de un gran corazón… Excelentes personas.
Encendían los faroles… Era por el agua de la lluvia,
que pasaba hacer su cruz… Corrían desesperados,
buscaban, baldes, hoyas y pipotes… para controlar el agua,
tratando de salvar sus pertenencias… La feroz noche de lluvia,
podían más que su intención.
Los truenos, rayos y centellas… producían un ruido feroz,
la madre angustiada, tomaba a su recién nacido,
lo abrazaba a su pecho… Mirando al cielo imploraba,
pidiéndole al Señor, cesara el tremendo aguacero,
para aliviar su cruz y su dolor.
¡Si la lluvia pasa!, ¿cuándo pasa el sufrimiento y la miseria?
¿Cuándo viene la esperanza?
Amaneció un hermoso día, lleno de paz y calma,
todos los vecinos unidos… reconstruyendo el rancho,
un día asoleado… Un hermoso arcoíris,
embellecía el firmamento.
© Derechos de autor reservados..
- Autor: Orlando Silva (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de noviembre de 2016 a las 08:16
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén
Comentarios1
Precioso.
Como bien dicen, después de la tempestad viene la calma.
Espero que algún día el sufrimiento desaparezca, menos mal que siempre está presente la solidaridad.
Un abrazo amigo y poeta
Kavi
Buenos días mi hermano Kava, un honor tenerlo en mi humilde poema, muchas gracias por su visita y su valiosa opinión, Dios me lo bendiga y un fuerte Abrazo.
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