CUERPO DEL DESVELO
Aquí, allá, en mínimos instantes
aún adormecidos en cantos de luz
y sencillez, un paisaje delicado
en dichas y asombros asoma como
rutilantes espirales de vuelos al sol.
Respirando estoy cada partícula de aire
que la vivaz mañana, al desperezarse,
aporta al ánimo. Lúbrico momento
en que, tras el desayuno, me estoy,
perezoso e insensato,
llevando –volutas al aire, lobos contra la luna-
un endiablado pitillo a los labios.
Lo inmediato cobra realidad, se agranda
–azul y rosa- como un suspiro o rumor
tierno en el centro mismo del corazón,
ante la mirada a la realidad, ante lo sencillo,
ante la evidencia de los pequeños secretos
que recorren la mente -ahora feliz-,
dueña o enamorada de este horizonte
matutino -soplo de brisa, mar y viento,
aliento de tierra- que sin cesar reverbera.
Y, pese a todo, amor, pese a recobrar
las petunias del jardín su aroma y esplendor,
siente tu ausencia el corazón,
la siente el cuerpo del desvelo…
DESDE EL FONDO Cuaderno V.
Del 4 de octubre de 1978 al 27 de julio de 1980
©Teo Revilla Bravo.
- Autor: Teo Revilla Bravo ( Offline)
- Publicado: 20 de noviembre de 2016 a las 09:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 36
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