La agridulce fruición del pecado
ha escalado mi pecho
como estrecha marea perturbada.
Me queda un ardor del vientre abajo
y arden mis pupilas y mis manos
en rauda sucesión de tantas fiebres.
Mi cuerpo es espiga espoleada
por el viento que expande más las mieses.
¡Ah, el pecado que abate cuando avanza!
- Autor: JHON DEILO (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de noviembre de 2016 a las 14:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 58
- Usuarios favoritos de este poema: racsonando, Lita_81
Comentarios2
Es un placer leerle y hallarse en la frescura y fluidez de su pensamiento.
Buenas letras.
Un deleite de versos.
Saludos
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