Advertencia del autor.
Historia novedosa, aunque algún lector culto y progresista piense que sea robada la idea de un wasaps ibérico ya rodado. Se basa en hechos reales, estando a la escucha este humilde autor con cafetín de 40 céntimos de la máquina expendedora del fino ayuntamiento de la ciudad educadora de vall d´uixo en mano, rodeado de pájaros competidores, aderezados todos ellos con la misma hoja blanca en las garras. En espera de ver si se rompía el huevo de la lotería nacional de un mes de trabajo. Los había que habían endulzado el camino a la entrevista a la camarilla progresista de la agencia de colocación con la cantinela plus ultra estoy muy necesitado, y otros ilusos que pecaban de inocencia. Como la Chelo Grande, protagonista de esta historia que nunca leerá por no saber.
I.
Que la Chelo Grande estuviera en el ayuntamiento de Vall d´Uixo tatareando una canción en el mostrador esperando una respuesta a una conversación que se traía con el primer funcionario del cuerpo del sellado, se debía a que era el funcionario un hombre progresista, humanitario y educado que intentaba interceder por la situación antediluviana de la Chelo Grande, a Doña Rogelia del ADL, que es como les gustaba en el pueblo abreviar Agencia de desarrollo local. Nido tradicional de listas negras de lo más macabras a favor de la casta regente socialista o pepera. De tufillo populista se debía que la Chelo Grande estuviera en el ayuntamiento de Vall d´Uixo tatareando una canción en el mostrador esperando una respuesta. Y era esto porque Doña Remedios, la alcaldesa, de mentalidad progresista, enemiga de la incultura y la barbarie que reinaba en el pueblo con más desafectos de los libros del continente europeo , y con el mayor indice de analfabetismo del reino de las escuálidas Españas , superando el municipio a la media de las tierras del califato socialista andaluz de la Mega Omeya Susana. Por ello había prometido dar en el cortijo de Uixó, un mes de trabajo de paja a los más asquerosos o menesterosos del pueblo, pues no se sabía muy bien como calificar la pobreza en España, si con arcadas, o con adjetivos calificativos.
La Chelo Grande era todo ver, oír, callar, nerviosa como una mocosa que es como a sus casi sesenta años, a lo que le habían reducido, por eso tatareaba una canción porque había oído decir que el que canta su mal espanta. El funcionario colgó el teléfono descontento y miró a la Chelo Grande. La entendía , y entendía también a Doña Rogelia. Realmente era un funcionario capacitado y todo lo entendía, por eso era progresista y liberal. Hizo el buen hombre un último esfuerzo para espabilar a la Chelo Grande.
¿ Y no puede ir usted antes del viernes a Asturias a que le firmen un certificado escolar?
Solo con eso se puede trabajar. Estos no son tiempos de los santo inocentes, la gente necesita un certificado escolar. Este ayuntamiento tiene el noble propósito de ilustrar a los desilustrados.
La Chelo Grande sonreía mostrando sus duros ajos azules con ironía de santa, pues era de los más espabilada. Más de lo que pudiera parecer hoy en día, época de cuerpos que han crecido para el disfrute de la revolución sexual, y se han formado para la vagancia vigilada, llamado ocio por el fascista progresista que busca el control del pensamiento, y el control de los cuerpos diseminados en jardines, centros de cultura, programas educadores, gimnasios, salones de baile...
La Chelo Grande, vetusto anacronismo de figura humilde, pequeña, sencilla, austera, eco de lejanas generaciones , casi medievales en esa Asturias aldeana en la que nació en los últimos cincuenta , estaba allí plantada, resistiendo sola, sin trabajo, ni prestaciones, y sin complejos. Pedía que le explicarán que necesitaba para entrar a un puesto de trabajo de paja, de ver, oír y callar al populacho.
La Chelo Grande habló un segundo antes de irse, pero nadie la escuchaba más que el que estaba a su lado atento con un cafetin en las manos gritando para sí por estar un policía local en la puerta:
Válgeme hoy los santos inocentes para relatar este breve encuentro con la cal nacional de cada día. Las bodegas de este ayuntamiento están llenas de sacos de cal viva.
La chelo grande habló un segundo apartándose, como quien habla con Dios.
¿ Qué estudios quiere que tenga si a los 12 años ayudaba a mi padre con las vacas hasta que se huyó de su señor a la fábrica de segarra en vall d´uixó?
El funcionario hizo una mueca de trágico horror y calló-
La Chelo grande pasaba como un viejo andrajo por la puerta del ayuntamiento, junto al policía local que miraba la fuente.
Una ventisca de voces y el golpe de los papeles caían sobre el funcionario.
Allí estaban los nuevos santos inocentes, gachupines y farandules, mestizaje ibérico analfabeto funcional con divertidos politonos en el móvil y policromos disfraces de ropas de rico estampados coloristas hechos por niños de la india.
Valgame el señor mientras me salve yo- decía un trastornado gitano de la escuela disfuncional del yoyismo.
Se rompía la alegría de los bajos personajes que atiborraban el ayuntamiento al faltar algún documento, pero había tiempo, tiempo de buscar la copia del graduado. Pues la obligatoriedad educativa había obrado el milagro estadístico progresista. Oficialmente, solo un margen muy pequeño, casi cercano a la jubilación y a la resignación vital, era el que carecía de un certificado escolar. Y para esos inocentes a los que nadie miraba de cerca siempre quedaba el remedio de la puerta del vecino, el cuidado de algún señorito, la caridad hasta que yacieran bajo tierra.
El discurso oficial que seguía el nuevo pacto ibérico del progreso nacional suscrito también en vall d´uixo a fecha de 22 de noviembre del años 2016, era que sin violencia educativa no habría futuro.
Angelillo de Uixó.
- Autor: Angelillo de UIxó (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de noviembre de 2016 a las 15:25
- Comentario del autor sobre el poema: advierto que el que lea esto debe saber que es una copia por huir los santos inocentes. Yo he sido testigo de estos hechos y la conclusión que saco es la violencia ejercida en el nombre del progreso a través de la formación.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 17
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