Aquella noche de noviembre, eterna
fuiste conmigo. Fue conmovedor
tu llorar. Y si aquéllo no fue amor:
¿dime qué fue?. ¡Oh mujer suntuosa y tierna!
Aquella noche recibí tu beso
bordado en la más infinita gloria,
fue un beso santo de jaculatoria.
Por lo demás; lloré en mi propio hueso.
Aquella noche fuiste uno conmigo:
etérea y granate; amor y amada.
Dulces crepúsculos. ¡Oh, miel dorada!
Un pielago danzante fue el testigo.
Oye Hespéride: yo soy el culpable.
Y tú, oh inocente, eres inefable.
Derechos reservados de autor
David John Morales Arriola
- Autor: John Morales (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de noviembre de 2016 a las 10:06
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 78
- Usuarios favoritos de este poema: jarablanca, Hugo Emilio Ocanto, Marc Tellez Gonzalez, Kalianali, María C.
Comentarios6
Suspiros de pesar, porque cada vez tardas más en escribir aquí tus inigualables poemas, amigo.
Como siempre tu poema excelente... Un placer siempre leerte.
Abrazos.
Amigo hace días no te veía por aquí, siempre con tu fina pluma, nos traes lindos y bien escritos versos.
Saludos John
Precioso poema de amor que me ha encantado leerte. Un fuerte abrazo amigo.
Precioso y sentido.
Ese amor que expresas en tus letras llega profundo.
Un abrazo
Kavi
Eterno suspiro, infinito beso que dan tus versos.
Hermoso poema amigo mío John.
Fuerte abrazo.
Marc.
Aunque estoy de luto he regresado para sentir la caricia de los poemas tan bien plasmados
Saludos
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