ARDIENTE ESFERA
Astro rey que cultivas la vida en esta orbe,
en mis versos te atrapo con gélidas líneas.
En un cielo traslúcido te percibo sofocante,
asfixiante e insoportable pintas paisajes adormecidos;
con tu oficio inocuo te mostrabas en algún tiempo,
con un hálito de la tierra penetraste sin consuelo.
Te mantienes ahí como un himno a la existencia.
Tu ardor taladra incesante en esta esfera.
Seres extasiados sucumben agónicos,
por tu tormentosa luz que emanas radiante,
aún en la lejanía de este cementerio reseco,
las campanas exhalan un gemido taladrante.
Los nevados se desmayan exhibiendo su mollera;
purpurinos cerros se tornan enjutos y demacrados,
sucumbidos perecen con tu abrazo incesante.
Allí arriba en el cielo encendiste las estrellas;
con tu crispado orgullo te mantienes punzante.
Tu mirada escruta los pueblos e inmediaciones.
En la ancha meseta, abundan retazos resecos,
tus hermanas llamas las abaten incesantes;
avanzan sin pautas con un viento cortante,
allá a lejos la extensa planicie se incinera;
con llamaradas fornidas que caldean hirvientes.
Pajonales y plantas consumidas con hastío
ardorosas lenguas se despliegan inusitadas;
tu mirada taimada persevera con indulgencia;
son tus rayos ampulosos y humillantes.
Con presagio Hefestos te parió en el Olimpo;
desde allí fecundas la tierra con quemante alarido.
El invierno se aleja de ti y sigues llorando incandescente;
tu aliento retumba lacónico sobre mi faz cetrina,
en la cumbre de tu cobijo, con tus fulgidos rayos
de pies a cabeza están sudando borrachera.
ANBAHE
C-25-11-16
10:15PM
- Autor: Nino (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de noviembre de 2016 a las 01:03
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 79
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