Me veo impregnado en la soledad,
me escucho hablar con el aire,
aún huelo del silencio el aroma...
Tan solo toco de una realidad los espejismos,
las vagas siluetas de inofensivos fantasmas...
¡Qué añoranza la mía!
de que se me entreguen alas;
las que son azules
para planear jugando cerca de gaviotas encantadas
que esparcen sus plumas de plata;
de descubrir desde los vastos cielos
ese lugar donde ningún alma pueda habitar,
y ser solo yo allí, con bandadas de multitud de pájaros.
- Autor: Christian Jovani (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de noviembre de 2016 a las 16:56
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 68
- Usuarios favoritos de este poema: Kalianali, pani
Comentarios1
ES UNA SOLEDAD SOLITARIA Y HERMOSA... ENHORABUENA MI NOBLE AMIGO...
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