Digo yo, digo yo, si, digo yo,
que el primer amor es eterno,
nunca termina, es constante,
se parece a un vals:
preciso, elegante, con música de fondo,
entre dos personas hablándose
únicamente con los ojos que hacen
contacto con las manos y pies.
Ellos danzan.
Sus ojos brillan.
Su respiración es tenue, cálida…
La sintonía sigue y sigue y ellos también,
se mueven conforme a la música
y cuando esta acaba ellos bailan, bailan,
viven y bailan los últimos pasos,
y la música termina pero el vals sigue...
Digo yo, si, digo yo,
así empieza el amor,
es en ejemplo nada mas,
aunque como Jaime Sabines
escribió una vez:
“yo no lo sé de cierto... lo supongo”
- Autor: Jesus A. Cruz ( Offline)
- Publicado: 26 de noviembre de 2016 a las 17:44
- Categoría: Amor
- Lecturas: 109
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