Ya son las doce
después no habrá mas nada.
La hora cero
vacía como un cero.
El corazón atormentado
magullado
no encuentra salida
de ese ocho infinito
y el veneno urge.
Espeso el humo de la soledad!
Envuelto en los vapores
de tus besos prolongados,
los míos, chatos y aplastados
alejándose de la vida.
El vino que no tomamos juntos;
las letras que no están escritas.
- Autor: RoFeRo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de noviembre de 2016 a las 05:49
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: Kalianali, Mauro Enrique Lopez Z.
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