Envuélvete en la misma manta espinosa que roza tu cuerpo de deseos que hoy se pudren en tu pecho, no hay nadie en el lugar que buscas, ya es un hecho, sigue la corriente y observa atentamente como chocaras con las rocas más filosas al final de ella, siente la impotencia de no domar tú mismo tus acciones cuando ya tu corazón este latiendo por otra persona y no por ti. No esperes que la pared con la que chocaste varias veces vaya amarte, no sufras por su profunda indiferencia y lo más importante, no le prometas amor eterno.
No tengo nada, solo un vacío, que se traga mi paciencia y es un lio, mis palabras bañadas en impotencia, gritan un desorden que no es mío, y en el fondo siento frio porque noto su ausencia, muy lejos, fuera de mi consciencia, pero esbozó la rayada presencia que a mi corazón espió ese día con aquella canción, un día lleno de melancolía, y también de transmutación. ¿Y, que hago con este cascaron vacío? que lo llamare corazón, no tengo nada, ni si quiera coherencia o razón. ¿Dime pared que eres experta en volver incómoda mi situación, como uso mis nuevas manos para entrar de nuevo en acción? Una pared silenciosa, indiferente en la cual no dejo de proyectar mi ansiedad, que aun así no tenga nada seguirá siendo mi verdad, mi especialidad y la continuidad del verso de mi vida del cual no puedo escapar, sé que no vale gritar solo espero que me despida, ya salí por una, pero todavía no encuentro la verdadera salida.
- Autor: BurnLeaf ( Offline)
- Publicado: 30 de noviembre de 2016 a las 13:00
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 23
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